En los últimos años se han puesto de moda diversas aplicaciones móviles destinadas a clasificar el nivel de toxicidad o peligrosidad de un producto cosmético basándose en su listado de ingredientes. Una labor que, en teoría, estaría orientada a ayudar al usuario a elegir aquellos productos más beneficiosos para su piel. Pero que en la práctica es de dudosa utilidad. Te explicamos por qué.

Regulación europea. Todos los componentes incluidos en los productos cosméticos que se venden en circuitos legales han pasado por rigurosos controles que avalan la seguridad de su uso. La normativa europea, en concreto, es una de las más seguras del mundo en este sentido.

La mera presencia no implica riesgo. Las apps que analizan la toxicidad cosmética alertan sobre algunos ingredientes que pueden ser irritantes, cancerígenos o disruptores endocrinos. Pero como hemos apuntado anteriormente, si esos ingredientes están ahí, es porque son seguros de acuerdo a la regulación europea. Para valorar el riesgo que podrían suponer para la salud es necesario conocer la concentración, la vía de exposición del producto y el tiempo de exposición previsto. Te lo explicamos con un ejemplo muy gráfico: a nadie se le ocurriría decir que el agua es peligrosa de por sí. Pero si consumes 15 litros diarios, las consecuencias para tu salud van a ser muy negativas. Con estos ingredientes supuestamente peligrosos, ocurre lo mismo.

Natural no es igual a seguro. Elegir cosméticos legales basados en productos naturales es una opción válida. Pero ni eso convierte a los cosméticos sintéticos en potencialmente peligrosos, ni significa que todo lo natural sea inofensivo. Especialmente cuando hablamos de cosmética casera, en la que la concentración de los ingredientes, la seguridad o la estabilidad de la formulación no están sometidas a ningún tipo de normativa o análisis científico.

Quién hay detrás de estas apps. En contra de lo que se pudiera suponer, detrás de estas apps no hay profesionales especializados en el sector cosmético o farmacéutico, ni en la regulación de estos sectores. Sus clasificaciones, por tanto, carecen de validez científica, fomentando en la mayoría de los casos el alarmismo y la quimiofobia.

¿Cómo puedo informarme acerca de la seguridad de los cosméticos que utilizo?

Todos los cosméticos que se encuentran a la venta en el mercado legal europeo deben cumplir rigurosamente con la normativa. Ésta se encuentra reflejada en el Reglamento Europeo 1223/2009, que puedes consultar aquí.

Otro tema distinto es la presencia de posibles alérgenos. Los alérgenos, que están presentes tanto en ingredientes naturales como sintéticos, son aquellas sustancias consideradas como las principales responsables de provocar reacciones adversas de tipo irritativo. La normativa europea contempla la obligatoriedad de incluir en el listado de ingredientes (INCI) los que estén presentes en el producto cosmético en una dosis estipulada.

En algunas ocasiones, cuando hemos adquirido un producto cosmético somos reticentes a utilizarlo ya que alguno similar nos ha provocado una pequeña irritación durante su uso. Si dudamos, podemos realizar previamente una prueba aplicándolo en una zona pequeña y fácilmente accesible, por ejemplo, en la muñeca.

Si detectas que hay cosméticos que resultan perjudiciales para tu piel, lo mejor es que acudas a un alergólogo o un dermatólogo para confirmar qué compuesto te puede provocar irritaciones, alergias o intolerancias. Así podrás comprobar, revisando su packaging, si alguno de ellos está presente en la composición de los cosméticos que tengas pensado adquirir.